¿Qué debemos hacer, pues?

Pues bien, lo que deberíais hacer los adultos es escuchar y dejar que el niño explique a su manera lo que ve o lo que siente a nivel energético. No lo miréis como a un bicho raro ni le interrumpáis diciéndole que es una tontería o una fantasía, ya que el niño no se quedará con lo que le decís verbalmente. Sí se quedará con lo que le transmitáis a nivel energético y eso sí que lo percibe su cuerpo astral y es lo que realmente el niño, en su cuerpo emocional, va archivando de dicha existencia, que luego lo mostrará con la incompresión y el aislamiento por miedo a ser juzgado. Eso será lo que archivará de su fase de niñez en su alma o foco motriz de activación emocional de esta existencia y de las pasadas.

Para concluir, lo que podemos decir a la pregunta formulada es que hay que respetarles su espacio y verlo como una cosa normal, para que así no quede como una obsesión o temor en el niño. Sugiero que le hagáis preguntas acerca de lo que os cuentan, tales como: «¿Quién es el que viene?» «¿Por qué viene?» «¿Lo conoces?» «¿Qué te dice?» «¿En qué momento lo ves más?»

Que quede claro que todo lo que acuda al niño será de forma armónica y placentera para él. Si el niño conectara con cosas o personas alteradas o que le hicieran poner mal, se tendría que hacer un análisis desde el punto de vista de que el niño ha conectado con una existencia pasada y se tiene que cerrar, ya que la apertura de existencias es a la larga el cómputo de las mismas y eso sí puede alterar el carácter del niño de una forma no muy positiva, cambiando de personalidad rápida y desordenadamente a la vez.

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