Y nos preguntaremos: ¿por qué?

Pues bien, él tiene que sacar dicha energía de su espacio motriz y por medio del llanto limpia dicha energía, al igual que por medio de las heces transmuta la sobrecarga energética que está invadiendo su espacio motriz, lo cual él conoce y sabe limpiar por sí mismo, mientras que la alteración externa desconocida por el propio bebé aún le es imposible limpiarla.

Como veis, el bebé ya es un individuo que, por pequeño que parezca a nivel físico, sabe poner de una forma clara y precisa límites a su foco motriz.

Y ahora pasamos a contestar la pregunta «¿Cómo podemos comunicar con un bebé que todavía no habla?» Podéis hacerlo como queráis, desde la palabra al color, pues aunque no pueda contestaros mediante el habla, el pequeño individuo se entera de todo, antes incluso de que vosotras podáis expresarlo o actuar mediante un símbolo de afecto hacia él.

Que quede claro que el bebé viene con una burbuja energética aislante y protectora a la vez, porque está sufriendo una adaptación al recinto al cual él ha querido regresar, ya que el individuo desde que nace hasta que empieza a hablar correctamente está muy vinculado con su última existencia vivida y aún conserva conatos de memoria de la misma.

0 comentarios:

Publicar un comentario